Nadie negará que este 2020 ha sido un annus horribilis para todos por muchas razones. Pero de poco sirve lamentarse, ahora es necesario mirar al futuro y empezar a prepararse para la próxima temporada turística.
En estos momentos, el peor de nuestros enemigos es la incertidumbre. ¿Qué va a pasar en 2021? La reactivación del turismo pasa irremediablemente por garantizar la seguridad sanitaria, tanto de la gente de las islas como de los visitantes. Si persiste el temor generalizado a la pandemia en el sur de Europa, será difícil revertir la situación, así que ese es el primer y gran punto que solucionar.
Sanidad vs economía
Por desgracia, esa ansiada solución no está en nuestras manos, sino en las de la ciencia. Sin embargo, las administraciones tienen mucho que decir al respecto y pueden (deben) contribuir a volver a normalizar la situación, con políticas sensatas de equilibrio entre la sanidad y la economía.
La prioridad sanitaria está fuera de discusión. Negarlo sería un agrave error. Sin embargo, también lo sería olvidarse de la economía, el motor que sostiene todo nuestro estado de bienestar (incluida la asistencia sanitaria). Y en el caso de Baleares, cuando hablamos de economía hablamos de turismo.
La recuperación de la actividad turística exige liquidez para las empresas y autónomos. Ello requiere la activación de los créditos y del aplazamiento de los tributos. Si no se hace así, quienes quebrarán serán las empresas y los ciudadanos, porque para que haya empleados es necesario que haya empleadores.
No hay que elegir entre sanidad y economía, sino que hay que apostar por las dos.
¿Cómo será la temporada turística 2021?
Resumiendo lo anterior, garantizar la actividad económica en la temporada turística 2021 debe ser el gran objetivo de todos. Sobre todo si tenemos en cuenta que, al igual que la de este año, no va a ser una temporada normal.
Los países emisores de turistas a las Islas (Alemania y Reino Unido) también están sufriendo el azote de la crisis del Covid-19. Es de esperar que, incluso en la mejor de las situaciones, esto se refleje en un descenso del número de visitantes.
Si la vacuna no está lista, nadie podrá garantizar la seguridad sanitaria al cien por cien. Siendo realistas, lo más probable es que para la temporada 2021 no estaremos vacunados. Dicho de otro modo: habrá que convivir con el virus.
El pasaporte inmunológico se concede los viajeros que se sometan a un test de antígenos en el propio aeropuerto, antes de tomar el vuelo, y obtengan un resultado negativo. Pero eso servirá de poco si antes los viajeros que el destino al que viajan está libre de virus. En el caso de Baleares, esto pasa por someter a la población a tests masivos de PCR. Hay que insistir en que todas estas son medidas de carácter provisional, a la espera de la deseada vacuna.
Está claro que a partir de ahora viajar será más incómodo que antes, también nuestro día día es más complicado y nuestro modo de relacionarnos está cambiando forzosamente. No es agradable, pero no existe otra alternativa. No nos podemos permitir otra temporada como la de 2020. Hay demasiadas cosas en juego.
