09·10·2020
La vacuna y el futuro después del Covid-19

Si este fuera un otoño normal nuestras preocupaciones serían las de siempre: el inicio del curso escolar, la vuelta al trabajo, los planes para Navidad y fin de año… Pero la pandemia del Covid-19 que castiga al mundo entero lo ha cambiado todo.

Casi todas nuestras esperanzas están puestas en la vacuna definitiva contra el virus, aunque parece que esta no llegará todo lo rápido que deseamos. Sin duda los avances conseguidos han sido espectaculares, ya que hay investigadores de todo el mundo volcados en esta tarea, pero hay que ser prudente.

Los propios científicos avisan: probablemente las primeras vacunas no serán perfectas o, dicho de otro modo, serán sólo parcialmente efectivas. Algunos expertos opinan que solamente podrán proporcionar inmunidad por un período limitado, tal vez 12 ó 18 meses. Aún así, eso sería una magnífica noticia.

Otra cuestión diferente será la del acceso universal a la vacuna contra el coronavirus. Lo ideal sería que, independientemente de dónde se originen las primeras vacunas, llegasen a los grupos de población prioritarios de todos lso países: colectivos vulnerables y personal sanitario. La cooperación global es clave para promover estas vacunas y reactivar la economía.

 

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Después de la pandemia

Seamos positivos y pensemos que la solución médica al problema llegará pronto y que todos regresaremos a la normalidad. Ésta será en todo caso “otra” normalidad a la que también tendremos que adaptarnos.

Es complicado adivinar cómo será ese futuro que ya se vislumbra en el horizonte, la era post-pandemia. Las opiniones más comunes se dividen entre los que creen que la nueva sociedad experimentará un importante cambio de prioridades y será más solidaria, y los que están convencidos de que regresaremos rápidamente a los viejos malos hábitos, al materialismo y al individualismo.

Pero como todavía no ha llegado ese momento, ahora tenemos la oportunidad de reflexionar y elegir nuestro nuevo rumbo, tomando lo bueno del mundo anterior al Covid-19 y desechando lo malo.

Ahora sabemos por ejemplo que la salud, el medio ambiente o las libertades individuales son tesoros valiosos que hay que preservar a toda costa. Pero también es cierto que para construir un nuevo futuro será preciso transformar la sociedad y la economía. Una magna tarea que puede parece imposible. Sin embargo, como siempre, todos los grandes viajes empiezan con un pequeño paso.

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